El leñador y su hacha

El leñador y su hacha

Cuenta la historia, que un día un leñador muy trabajador se presentó a una oferta de empleo en un bosque. Viendo su motivación, energía y juventud, le contrataron enseguida. El jefe le dio un hacha y le mando a cortar árboles.

Cuando acabó el primer día, el leñador había conseguido talar 18 árboles, una cifra impresionante. Pero el hombre era muy trabajador y quería demostrar que podía hacerlo todavía mejor, y el día siguiente salió a batir su record. Sin embargo, al finalizar el día, solo pudo volver con 15 troncos.

A medida que iban pasando los días el leñador se esforzaba por superarse, pero pese a gastar tanta energía, cada vez volvía con menos árboles. Estaba desesperado.

Fue a hablar con su jefe y le explicó la situación.

– No lo entiendo. Por más que me esfuerce, cada día corto menos árboles.

El hombre que le había contratado le miró y preguntó:

– ¿Cuánto haces que no afilas el hacha?

– ¿Afilar? No tengo tiempo para afilar. Estoy muy ocupado cortando árboles.

(Anónimo)

La actividad es necesaria y el descanso, también. No concibo el uno sin el otro.

Durante estas vacaciones, he podido disfrutar del descanso y he guardado un pedacito para cada uno de los días del resto del año, prometiéndome parar cuando lo necesite y no cuando lo dicte el calendario o las fiestas marcadas.

Fíjate en la figura del leñador, necesitaba afiliar su hacha para continuar con su esmerado trabajo.

¿Tú que necesitas?

Quizá parar de la rueda del hacer y dedicar tiempo al ser, escucharte y comprender poco a poco tus necesidades.

Quizá no se trate tanto de desconectar sino de conectar, ¿verdad?

¿Cómo han sido para ti este las vacaciones de verano de este año? ¿Cómo las has vivido?

Si tienes dudas, quieres hacerme una pregunta o simplemente necesitas hablar, puedes escribirme un mail: hola@veronicagonzalez.eu

Todo el mundo tiene derecho a ser escuchado.

¡Un abrazo!