El proceso terapéutico entraña aprender a cambiar la forma en la que miramos las cosas. Dedicarse tiempo y cuidarse no es ser egoísta sino el acto más puro de respeto y amor propio.
Autocuidado y crecimiento personal
Si has viajado en avión, una de las recomendaciones que indican a la tripulación en caso de accidente es ponerse primero la mascarilla de oxígeno, para poder posteriormente ayudar al resto de acompañantes.
Cuando priorizas los problemas o necesidades de los demás a los tuyos, buscas que otros validen tus conductas u opiniones, cuando te comparas con los demás y te sientes inferior…no te estás poniendo la mascarilla de oxígeno.
Lo bueno de identificar estas causas que te están dañando es que podremos navegar en los factores que están influyendo en la baja autoestima.
Podremos cultivar el autocuidado como una plantita:
- Conociendo qué preferencias y gustos tiene. Si le gusta más el sol o la sombra, si es de exterior o prefiere el interior.
- Establecer. Puede que no le importe qué plantas estén alrededor, aunque si invaden su maceta sabrá poner límites saludables y comunicarlos de una forma asertiva.
- Cambiar el diálogo interno doloroso por otro más fresco y favorable.
Nos han hecho creer que cuidarnos es un acto egoísta, sin embargo es un acto de amor propio.
Apreciarnos, valorarnos y querernos a nosotros mismos, supone aceptarnos como individuos y facilitarnos el transito por la vida que habitamos.